Es un poco de ambos, en primer lugar porque nuestra naturaleza es ser entupidos y actuar con el pasar de los días de modos irregulares, algunas veces por miedo y otras solamente por orgullo. En segundo lugar es cierto que protegemos mucho nuestro ego, porque nos enseñan desde pequeños a actuar con cuidado, mirar por encima del hombro y hasta hablar mal de los demás con tal de proteger nuestros actos y forma de pensar para que no se burlen o nos digan que estamos equivocados.
Suele ocurrir que por no ver golpeado nuestro orgullo [cuando nos dicen las cosas de frente] nos defendemos dejándole de hablar a las personas que en cierto modo sentimos nos hicieron daño, no planteando lo que realmente queremos por miedo a que nos digan "no me gusta" o a que hablen de la forma como actuamos ante los demás. El miedo radica en que nuestros sentimientos se muestren ante personas que no los entiendan y critiquen u odien sin conocerlos realmente.
Es difícil entender al orgullo y mucho mas aún a las personas orgullosas, que somos la gran mayoría, pero es mas difícil aun cuando no aceptamos que la soberbia gobierna nuestra vida y vivimos felices sabiendo que si esta no se ve afectada, lo seguiremos siendo.
Siempre es triste saber este tipo de cosas y peor aun es no poder ni querer hacer nada por cambiarlo.
De que sirve el orgullo o la vanidad si solo nos hacen perder lo que queremos, dejar pasar lo que necesitamos y escapar de lo que deseamos. Solo hay una forma de encontrar respuestas verdaderas y es buscando el modo de enfrentarnos a nuestro ego, al maldito reflejo que algunas veces hace que creamos que el mundo gira a nuestro alrededor cuando en realidad solo somos un ínfimo grano de polvo en un inmenso universo desértico cubierto de enormes Dunas de arena.