martes, 23 de diciembre de 2008

Empezando a volar

Cuando Mateo se recostó boca abajo al borde del acantilado estaba seguro de haber olvidado todos sus miedos; y totalmente confiado que al fin lograría surcar los aires sin necesidad de alas o algún artefacto especial, tan solo con la voluntad de su cuerpo.
Cada vez que pensaba en volar, desde que era niño, el corazón parecía salirsele del pecho y el estomago se le retorcía haciéndolo vomitar hasta que caía cansado del dolor y sin fuerzas. Todas las noches soñaba con lo mismo y cuando despertaba también.
Patricia sabia de ello desde que se casaron e intentaba ayudarlo porque confiaba solamente en él a pesar de sus prácticas poco lógicas. Había logrado concentrarse para extinguir el miedo y a base de intentos consiguió, luego de muchas frustraciones, separarse totalmente del piso mas de una vez, aunque por algún motivo prefirió guardar este secreto solo para el. Por otro lado, ella había empezado a desconfiar con el tiempo, dudaba sobre si su esposo era un visionario o simplemente un loco con ideas descabelladas. La seguridad con la que emprendía cada nueva aventura, la debilitaba y la llenaba de miedo por perderlo.
Se enamoró de Mateo cuando veía que nadie le prestaba atención, porque siempre se enfrascaba en ideas imposibles que intentaba cumplir a toda costa, incluso exponiendo su integridad. La impresionaba ese modo especial y fuera de lo normal de encarar la vida.
Trató sin mucho éxito de convencerlo para no intentar vencer lo improbable, como encontrar el modo de respirar bajo el agua, de correr de espaldas mejor que de frente y atrapar balas con sus manos, pero siguió intentando enfrascado en sus ideas estrafalarias. No logro completar de buen modo ninguna de sus aventuras pero cada día que algo le salía mal sentía que iba acercándose a cumplir con su objetivo principal, comprendía que sus facultades se acrecentaban tras cada tropiezo y sabia que lograba aprender de lo que otros no pueden porque no lo intentan.
Las personas lo veían como un loco descarriado, decían que estas estupideces habían mermado su capacidad de raciocinio además de su visiblemente dañado aspecto físico. Cada vez iba mas lejos en sus ideas y se embarcaba en las cuestiones mas extrañas e inauditas sin importarle en absoluto lo que la gente pensaba, solo quería lograr lo que nadie y no quedaba duda que era posible porque el miedo, el único que lo contenía, había desaparecido finalmente.
Mateo se encontraba con el mentón en el aire mirando hacia el precipicio, se sentía cómodo y tranquilo observando las rocas y el riachuelo que se encontraban a unos cientos de metros hacia abajo. Patricia lo tomaba de las piernas angustiada como para asegurarse de que no resbalara; temía perderlo porque a pesar de su locura jamás conoció a nadie que hiciera su vida tan feliz y le diera cada día una nueva ilusión para vivir; pero sabia que no se encontraba bien y debía de cuidarlo sobre todo ahora que la seguridad, tras tantos tropiezos, recompuso el semblante de su esposo.
El no quería decirle que hacían allí para no alarmarla con la idea, pero necesitaba a alguien que lo ayudara a supervisar su vuelo y que fuese testigo junto a una filmadora del primer hombre capaz de volar sin artificios.
Cuando Mateo le dijo que lo suelte, su cuerpo empezó a temblar. Cuando le pidió que tomara la filmadora, ella no supo que hacer más que confiar en lo que le pedía. De inmediato ella le pregunto que haría y el contesto que confié en el tanto como confiaba en ella y que por nada del mundo deje de filmar.
Empezó a correr y cuando estuvo al borde del acantilado salto con todas las fuerzas posibles cuando Patricia lo filmaba y veía desaparecer del lente mientras caía. Dejo la cámara y llorando desesperada fue corriendo a ver en donde había ido a parar su amado y antes de llegar al borde del precipicio escucho como el viento le soplaba desde arriba a los oídos un sonido que retumbaba como un eco dentro de su cuerpo y le decía ¡Al fin podré enseñarte a volar!

miércoles, 17 de diciembre de 2008

La Necesidad de Llorar

De niños solemos llorar por cualquier situación adversa o que no nos guste con tal de hacer valer nuestros deseos. Cuando vamos cumpliendo años la cantidad de veces que lloramos va disminuyendo porque nos damos cuenta intrínsecamente que no todo en el mundo es intentar hacer valer nuestra voluntad sobre otros para que nos sigan porque con el tiempo las personas nos hacen cada vez menos caso.
Sin duda dejamos de llorar porque notamos que empiezan a no tomarnos en cuenta y que ni siquiera una rabieta lograra hacer que seamos el único punto de atención, como solía ser antes cuando éramos niños; o no lo hacemos porque la vergüenza y el orgullo manejan nuestra vida ahora, mientras en el pasado la manejaba la imaginación y el ego.
Crecer implica darnos cuenta mediante hechos que realmente estamos solos en esta vida, que a pesar del amor que la gobierna, no somos capaces de comprender que las personas viven su propia realidad de acuerdo a lo aprendido. Algunas siguen llorando y otras aguantan la necesidad de llorar porque nada las afecta o porque algo las afecta tanto que niegan realmente las ganas de dejar que el alma se exprese totalmente en forma de lágrimas.
Queremos siempre parecer más grandes, demostrar seguridad y sentirnos importantes porque ya no nos tratan como a niños, pero ¿es justo para nosotros mentirnos de ese modo? ¿Es lógico querer ser mayores, tener hijos y dejar una descendencia en un mundo que sigue jugándonos malas pasadas? No hay duda que es una buena idea, solo si de vez en cuando lográsemos escondernos en algún rincón seguro, para luego intentar concentrarnos y empezar a expulsar toda la verdad convertida en lágrimas que vamos acumulando con el vivir y que no somos capaces de expulsar porque el las escondemos sin querer, debido al orgullo y la vergüenza que se sumergen cada vez mas profundo en nosotros con el pasar del tiempo.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Cortejo Funebre

El viento soplaba como nunca antes ese día, de un modo casi glacial como avisando que algo terrible había sucedido. Luego, una llamada desgarradora confirmo el vaticinio e hizo que la tristeza se volviera realidad; César, mi hermano, había muerto.
Sin saber que decir porque el impacto de la noticia, el viento gélido y la desolación habían congelado mis palabras, apenas respondí con sonidos inentedibles y atine a colgar. La mente se me nublo de inmediato y mientras intentaba recordar sus ganas de estar vivo, me hundía en la melancolía de saber que no lograría encontrar su sonrisa nuevamente de mi lado. Solo se que me sentí un desalmado porque ninguna lágrima recorrió mi cara a pesar que llevaba un dolor inexplicable y punzante que no me dejaba respirar normalmente entre el ombligo y la pelvis. Recién reaccione de la estupefacción cuando me encontré manejando junto al cortejo fúnebre hacia el cementerio y una larga fila de autos con las luces intermitentes titilando iba delante de mí.
Me situaba detrás de la camioneta que portaba los arreglos florales los cuales iban desprendiéndose y golpeando mi ventana para terminar deshaciéndose luego del impacto. Las lagrimas empezaron a caer de mis ojos como una tempestad en la selva tropical, mientras los pétalos destrozados quedaban revoloteando sin sentido en el aire como bailando una danza singular a su despedida, como aquellas noches donde se jugaba la vida en cada sonrisa que daba.
Estaba atónito al ver como los pequeños capullos de las distintas flores iban esparciéndose entre el viento y la velocidad de los autos, formando un arco iris multicolor frente a mis ojos. No aceptaba ver por el retrovisor a la infinita fila de autos que venían detrás del mío y aun menos fijar la mirada en las luces intermitentes de los mismos que me hacían recordar porque me encontraba allí.
Solo quería seguir viajando junto a aquellos pétalos desprendidos y su danza perfecta que me ayudaba a olvidar la tristeza de tener que ir al funeral de un ser especial y a su vez mostrarme que su alegría seguiría danzando eternamente en mi vida y en cada trazo de felicidad que pudiese observar.

domingo, 7 de diciembre de 2008

Cuando parte la inspiración

Tener la suerte de encontrar algún objeto o persona que sea motivo y móvil de inspiración es una virtud que muchos poseen pero pocos utilizan. Es necesario aprovechar al máximo esos momentos en donde las ideas, sentimientos y palabras fluyen con tanta presteza que nos impresionamos de lo que somos capaces de producir o hacer. ¿Porque es necesario aprovecharlos? Porque son tan pocos y tan preciados que seria como agotar las ultimas gotas de agua de una cantimplora en el desierto.
La inspiración aparece porque idealizamos algún objeto o persona para aprovechar el sentimiento, la pasión y la energía que nos brinda para hacer que nuestra creatividad nos de felicidad y al ampliarse al máximo vivamos en un paraíso creado por nuestra propia razón; pero también desaparece y cuando esto ocurre el mundo empieza a oscurecerse y perdemos las ganas de sentir la sangre atravesar nuestras venas con la potencia de un caudal en expansión, de dejarnos llevar por los sueños que aun nos esperan y de enfrascarnos en un laberinto de ideas tristes que parece nunca acabar. Cuando nuestro objeto de felicidad desaparece o pierde el brillo divino con el que lo rodeamos para tomarlo como ideal, solemos sentirnos perdidos e increíblemente nostálgicos, porque vemos ya lejos la pasión y la esperanza que teníamos en ello para ayudarnos a crear y ser mejores.
Todo es vaivenes en la vida.
Todo tiene un pico y una caída vertiginosa que nos hace pensar dos veces en lo ocurrido y arrepentirnos cuando aun (supuestamente) no es tarde. Las segundas oportunidades son necesarias para que nos comprendan y para aprender. Somos entes que no nacen sabiendo y que muchas veces necesitan ver el reflejo de una mirada sin vida para entender que hacen las cosas mal. Sin las segundas oportunidades no se puede demostrar lo capaces que somos de no repetir nuestro error y todo lo que podemos entregar luego de ese arduo proceso de mejoría.
Que difícil es caer y aun mas recuperarse, sobretodo porque para caer tuvimos que estar en algún lugar mas alto que nos hacia sentirnos increíblemente afortunados de contemplar la felicidad en su estado mas simple; tan deliciosa y perfecta que jamás pensamos perderla. No hay duda alguna, todo va y viene en esta vida, la inspiración, el amor, las personas, las miradas, la vida, la salud, las penas y las alegrías, lo necesario es reconocer en que momentos viene y cuando esta a punto de irse para no tener que atravesar el infierno sin estar listo para ello.

jueves, 4 de diciembre de 2008

El árbol extraño

Un día en una excursión por cavernas jamás exploradas, un biólogo escucho un sonido seco y repetitivo que sonaba como el caminar de un gigante. No pudo con su curiosidad de aventurero e ingreso tambaleándose sobre el suelo de piedras. Dentro encontró un árbol gigante que a primera vista parecía petrificado. Sus ramas eran plomizas y robustas como si de aquel árbol hubiesen colgado animales en vez de frutos. El tronco era igual aunque su ancho era el mismo del de las ramas.
Cuando se acerco pudo observar que la corteza que parecía de piedra era de madera; una madera plomiza que jamás había visto antes. Escarbo un poco entre las rocas debajo y vio las raíces inmensas que se hundían entre el mar de piedras. Era un árbol muy extraño porque aunque no le caía el sol ni estaba plantado sobre tierra fértil seguía pleno de vida..Siguió investigando porque el sonido no cesaba y encontró otros árboles iguales. Algunos mas grandes que otros. Observo que en lo alto de sus ramas crecían pequeños frutos que no llegaba a distinguir debido a la altura y la oscuridad del lugar.
Intento llevar un poco de aquella madera plomiza y dura que jamás había visto para enseñarle a la sociedad su nuevo descubrimiento; pero la corteza, a pesar que intentaba desprenderla con una navaja de acero, era demasiado dura. Al no poder lograr su cometido, decidió subir al árbol e intentar ver cual era el fruto que daba este extraño espécimen. Trepo hasta que llego a una rama, se encaramo en ella y fue en búsqueda del fruto. Cuando estuvo a punto de llegar resbalo un poco y quedo colgando de ambos brazos. El fuerte movimiento hizo que el árbol temblara al igual que sus ramas. Los frutos de arriba le cayeron encima con tanta potencia como las rocas heladas de una granizada.
No pudo mantenerse agarrado debido al impacto y cayo pesadamente sobre las piedras sobre las que crecía el árbol. Sus huesos estaban destrozados pero el biólogo aun seguía con vida mirando boca arriba, aunque el impacto al caer al suelo lograra el mismo efecto que cuando se resbalo en la rama del árbol.
Abrió bien los ojos y por fin entendió que su descubrimiento jamás seria conocido, venían cayendo nuevamente los frutos desde arriba, una lluvia de piedras en un bosque de inútiles árboles de piedra.

jueves, 13 de noviembre de 2008

Muñeco Vudu

Cuando llego el momento en que Joaquín no pudo verse más la cara al espejo entendió que era tiempo de cambiar y buscar algo nuevo. La ley natural, las muertes y el tiempo habían hecho un ser meditabundo y solo. Así dejó de lado su antigua vida de asesino a sueldo y decidió dedicarse a las artes oscuras. Algunos nunca encuentran el modo de escapar, pero él lo encontró simplemente porque era la única virtud de su antigüo trabajo, tenía absoluta seguridad cuando tomaba una decisión y habia decidido empezar un cambio radical..
Decidido empezó a aprender brujería; estudió tantos libros como pudo para luego estudiar papiros, manuscritos antiguos y conjuros mágicos.
Decidido viajo por el mundo en búsqueda de un maestro que aclare sus dudas en este nuevo arte que intentaba aprender. Necesitaba olvidar el pasado y sabía que el único modo de lograrlo seria con magia. En Haití, Cuba, África del Norte y Centro se empapo de la brujería. Una nueva forma de conocimiento se le presentaba y aprendía estupefacto de ella. Observaba los cambios lunares, las estrellas y la naturaleza para tomarlos como idea primordial de sabiduría. Pero aun no lograba conseguir la sapiencia necesaria para poder olvidar los lamentos del monotono pasado que tanto daño le hacían, sin permitirle entregar todo lo que podía a cada cosa a la que se dedicaba.
Hasta que un día viajando por la Isla de la Gonave en Haiti, conoció a Doña Avelina. Ella tenia una mirada fulminante, adornada por brillantes ojos negros que desbordaban sabiduría; y una cabellera del mismo color que a la luz del sol se volvía casi azul. Su cuerpo rechoncho estaba cubierto y adornado por una larga falda con un bolsillo en la parte delantera, del que asomaba un peculiar muñeco de trapo que intentaba mostrar que por algún motivo se encontraba en ese lugar.
La encaro inmediatamente casi obligándola a que le diga cual era el motivo de aquel pequeño muñeco en su falda. Se negó rotundamente y le dijo que ella no tenia que explicarle nada a un muchacho hablador y fanfarrón, que si en realidad quería saber la respuesta, tendría que demostrarle que era capaz de aprenderlo. Le dijo que lo disculpe, que por favor lo tomara como su aprendiz y que haría todo lo que le pidiera; pero no quería aceptar por los mismos motivos. Avelina repetía que no se canse, que el único modo que accedería a su petición seria callándose, que las palabras fueron inventadas para volvernos mentirosos, ocultar la verdad de los sentimientos y debilitar nuestra energía por perder el tiempo en cuestiones sin importancia.
No supo nunca cual seria su destino siguiendo sus enseñanzas, pero desde ese momento guardo absoluto silencio. Ella queria que no intentara buscar palabras para explicar lo que aprendería, porque solo con magia se puede explicar lo mágico. Cuando estaba a punto de abrir la boca y refutar, ella utilizaba para callarlo preguntas simples como “¿Como explicas el viento que sopla? ¿Como entender el motivo de que existen más estrellas que arenas en el mar? ¿Cual es el misterio de la energía de un músculo sin descanso como el corazón?
Solo con silencio y calma pudo aprender de las pocas palabras que decía Avelina, solo así logro volverse con el pasar de los años en su esmerado aprendiz. Exploro junto a ella todo a cerca de la santería, kimbanda y candomblé, casi todas las vertientes de la magia vudu esparcidas por la tierra. Le mostró el lado perfecto de la vida y mientras se iba enamorando de su proceder mágico, le mostraba agradecimiento intentando ser el alumno perfecto. A pesar de todos los intentos de Joaquín por agradarle, ella nunca lo miro a los ojos, solo señalaba que debía de hacer con sus largos dedos mientras intentaba complacerla. Un día lo enfrento y extendió la mano con el muñeco de trapo.
Se lo entrego y de inmediato lo reto con los ojos como diciendo "Híncalo sin piedad, para eso esta hecho". Era lo único que captaba en sus gestos cada vez que lo veía tomar su muñeco vudú para observarlo con paciencia e intentar entender quien era la persona a la que representaba. Mientras lo sostenía y observaba curioso, Avelina estiraba con las manos un clavo, alfiler o algún objeto punzante para que intentara al fin completar su entrenamiento de brujo. Joaquín sabía por dentro que no lo lograría hacer, que no dañaría a alguien que no conocía por el simple placer de destruirlo. Ella quería que dejara sus ideas de lado y procediera como un brujo sin miedo ni remordimiento. Le repetía constantemente que era lamentable, pero algunas veces la única manera de aprender es con el dolor de otros.
Estaba dispuesto desde un principio a empaparse de sus artes mágicas, a olvidar todo el conocimiento occidental y tecnológico con el que había nacido para tomar de lo desconocido la sabiduría oculta junto a ella y su magia oscura; pero no podía dar un paso adelante en lo que le pedía; dañar a alguien que no conocía no estaba en sus planes. Se encontraba allí porque en el pasado había causado demasiado daño y necesitaba escapar de esa realidad para poder dormir por las noches y encontrar la paz interior que había perdido por obrar como un animal, sin pensar en las consecuencias. Confiaba tanto en ella que al fin accedió a su petición y decidió tomar el clavo para empezar con lo que le pedía. Le dijo que fuese de frente al corazón, era imperioso que acabara con esa vida lo antes posible porque existían personas que no merecían vivir porque su energía dañaba a la tierra. Joaquín sabia muy bien que lo que decía Avelina era verdad, se lo había demostrado innumerables veces en las que pensó que lo engañaba; pero ella era una mujer poderosísima, mientras el solo su novel aprendiz. Penetro la tela hasta atravesar el pecho del muñeco de lado a lado. De inmediato todo se volvió oscuridad y dejo de sentir su cuerpo desde que noto que caía a gran velocidad sin forma de detenerse.
Cuando abrió los ojos, estaba recostado boca arriba mientras ella lo miraba fijamente desde arriba. Luego lo tomo en sus manos y sin decir nada lo deposito en el bolsillo de la parte delantera de su falda.

miércoles, 22 de octubre de 2008

El Placer de los Muertos

Estábamos todos muy juntos, hombro a hombro con la espalda en la pared. Nos habían capturado e intranquilos esperábamos que la tropa de fusilamiento haga caso a la voz de !fuego! del general Oneto.
Se escuchaban llantos y plegarias llenas de lamentos; olores nauseabundos recorrían el lugar, la tensa espera a la muerte nos tenia demasiado oprimidos. Los mas antiguos guardaban silencio e intentaban no demostrar sobresalto, en cambio la única reacción de los in experimentados era defecar de miedo; estábamos a punto de morir.
Miraba a nuestros verdugos y el modo como reflejaba el atardecer en todo a su alrededor. Algunos tenían tanto miedo como nosotros porque sus miradas no solo reflejaban nuestro temor sino que también se bañaban de un destello triste por saberse asesinos de tanto inocente e indefenso.
Pude ver a una mujer debajo del disfraz de soldado que enfilaba su fusíl unos metros delante de mí. Por la forma en que lo tomaba, con un temblor anciano en las manos, sabia que seria la encargada de liquidarme. Se notaba el horror de ver a la persona que moriría bajo su arma en su mirada.
En aquel momento y a pesar del pavor, no me encontraba asustado ni tenso. El espanto en su mirada o su cuerpo y su belleza dormida detrás del disfraz de soldado me hicieron sentir una clase de excitación enfermiza por primera vez. Estaba a punto de morir y solo me interesaba saber que había detrás de ese disfraz verdoso de soldado, el sabor de su piel y el modo de no descansar junto a su cuerpo.
Estaba abrumado por su belleza delicada y feliz de saber que iba a morir bajo su rifle, supe que podría enfrentar a la muerte en un estado como ese, fuera del temor o el espanto y repleto del sentir divino de las hormonas revoloteando desesperadas, el corazón acelerado y una erección dionisiaca apretándome los pantalones.
Cuando sonaron los disparos, cerré los ojos y en fracciones de segundo pude ver la belleza real de haber vivido libre y aceptar que sucumbiria en ese instante; me habia dado cuenta que era necesario morir porque aquel sentimiento me había demostrado que era momento de partir y a la vez traído la esperanza y calma para entender que lo único que tenia que hacer para volver a la vida seria continuar pensando en ella y recordar el sentimiento que me había enseñado, solo así podría excitarme después de muerto y luego resucitar.

martes, 14 de octubre de 2008

¿Renuncio?

Cuando se toma una decisión y se empieza a recorrer un camino para lograrlo, es necesario no descansar ni trastabillar en el avance que nos hemos planteado para poder terminarlo y cumplir con los ideales que según nosotros nos llevaran a la felicidad por la vía correcta.
Estos ideales son distintos en cada persona, porque algunos son o creen ser felices trabajando dieciséis horas o en frac y corbata; mientras otros trabajando una hora y desnudos la pasan igual de bien. Es cierto que no muchos saben lo que deben de hacer en la vida o no han encontrado aquello para lo que son mejores, pero eso normalmente ocurre porque no buscamos y nos conformamos con lo que tenemos o lo nos enseñan.
Es necesario no perder la brújula y seguir indagando por nuestra felicidad al camino que recorremos sin desfallecer, sino jamás lograríamos encontrar lo que buscamos. Así es que que se hace difícil encontrar para que somos mejores y el valor o la voluntad para cumplir con nuestros más profundos deseos.
Es posible que se logren si no renunciamos a ellos, teniendo en cuenta que todo camino que se recorre siempre es mas espinoso de lo que pensamos, porque la vida no es un juego y las vicisitudes que van ocurriendo en ella nos lo demuestran. Siempre es probable que las caídas sean repetidas, se conglomeren y debido a ellas no logremos aprender nada en el camino que decidimos tomar.
Esto hace que el miedo se adueñe de nuestros pensamientos y que renunciar para tomar otro camino se vuelva casi imposible, porque no sabemos escapar del que dirán o porque con esa decisión es probable dejar mal parado a alguien que piensa o cree solo en nosotros.
La gran verdad es que decir renuncio no tiene nada de malo, sobretodo si meditando realmente encontramos la forma de obtener la voluntad para pronunciar esa palabra y salir de la monotonía. Es necesario decirlo estando seguros de haber juntado la suficiente fuerza interna para retomar un nuevo camino luego de renunciar y así ir en búsqueda de nuestro bien y no simplemente tirar la toalla cuando algo se presenta complejo y al fin dejar de seguir tomando siempre el camino mas simple.

jueves, 9 de octubre de 2008

¿Quién hace al artista?

Tantos pintores, tanto escultores, tantos artistas. ¿Quien no quisiera tener la habilidad de vivir su vida pintando o esculpiendo? ¿Quien no quisiera angustiarse solo por encontrar claridad en vez de sucumbir ante un horario rígido y la monotonía que da el sistema?
Es impresionante la capacidad que tiene la raza humana de crear individuos tan especiales que dejen fluir sus instintos y sueños en alguna forma de expresión artística. Dejar de ganar dinero por creer en un ideal no es nada fácil, sobre todo cuando al no hacerlo son vistos por los demás como vagos o personas sin futuro.
La vida de los otros va desarrollándose como lo tenían planeado, mientras los artistas siguen luchando por salir adelante intentando cambiar su destino esquivo al mostrar su capacidad sensual, que es la única forma en la que saben y pueden vivir.
El dinero es muy importante, nos da confort y tranquilidad; en un momento hasta es capaz de hacernos olvidar las penas y también quien somos; pero la realidad cambia siempre que logramos conseguir recursos monetarios; la impulsividad humana se despierta y nos muestra esa enfermiza necesidad de nuevas ideas para gastar el dinero que con tensión, arrugas y sudor fue conseguido.
Así que los que logran tranquilidad económica deciden que luego de todos los años de lucha pueden darse el lujo de pensar en el arte. Van a galerías y compran cuadros a precios exorbitantes, pelean por encontrar la escultura que persiguen, se vuelven eruditos en la materia y con el tiempo, vuelven a aquellos artistas de los que se burlaron en el pasado por vivir de sus sueños, en sus Mesías.
Entonces ¿Quien hace famoso a un artista? ¿Es su estilo de vida irracional o anormal? ¿Son los medios de comunicación o los millonarios que solo buscan el modo de gastar su dinero? Es imposible saber quienes son los que catalogan el arte como genial, quienes son aquellos que hacen famoso al artista y logran que sus cuadros valgan millones.
Pues las incógnitas quedaran abiertas porque algunas veces es mejor no buscar ilógicos. Pero si en algún momento lee estas líneas alguien que tenga o crea tener la potestad de decidir si un artista desconocido será idolatrado en algún momento, espero que sepa responder una sola y gran pregunta ¿Cual es el motivo por el que a un artista solo se le idolatra despues de muerto? Será una pregunta de la que obtendrá muchas respuestas, pero la única verdadera es la que esta vinculada con el dinero y con el millonario coleccionista que es realmente el único beneficiado.

lunes, 6 de octubre de 2008

40 noches sin dormir

Era una madrugada triste y fría de invierno, cuando al fin encontraba el sueño, desperté a media noche ante el sonido inclemente del basurero que se encontraba en el callejón que daba a la ventana de mi cuarto.
Las luces del edificio se prendían casi al mismo tiempo y a la vez se escuchaban gritos de personas que arrojaban zapatos para callar a Rex. Siempre despertaba a algún vecino que detestaba su ronroneo grave, parecido al sonido de un saxofón.
El aludido desataba un gran escándalo intentando callarlo y a su vez despertaba a todos los otros vecinos que repetían al unísono las blasfemias del primero. Era un pequeño gato que rondaba en las noches por el barrio y corría de los estúpidos vecinos que no sabían apreciar el arte que le había sido brindado a ese felino especial; por mi parte solo intentaba concentrarme en su ronroneo [a pesar del bullicio] para lograr atraer la tranquilidad y lograr dormir después de tanto tiempo sin hacerlo.
No pude conciliar el sueño nuevamente, porque junto a la bulla, algunos recuerdos del pasado regresaron a mi mente para no dejarme hacerlo. Así que salí a la acera de madrugada y me senté a divagar en el portal del edificio.
Mientras mis problemas se intensificaban e intentaba comprenderlos, apareció del zaguán de donde había salido el ruido hace un momento, para frotarse y acurrucarse en mis piernas, justo cuando me encontraba en el peor momento de melancolía y soledad.
Inmediatamente me di cuenta que era Rex,y a pesar que nunca lo había visto, comprendí que ese animal tenia alguna tipo especial de vinculo conmigo.
Me pregunte el motivo por el cual había venido a darme su cariño cuando a mi cabeza la asaltaban y desgarraban con impaciencia los recuerdos mas tristes e inentendibles que había sufrido hasta ese momento. El pequeño gato seguía su bamboleo entre mis piernas, caminando en ochos y no me quitaba la mirada brillante de encima, como diciéndome olvídate de las cargas que te agobian y ven a conocer la verdad. Con aquel subliminal y extraño mensaje se alejaron los sentimientos destructivos que me atosigaban hasta ese instante.
Es imposible entender como Rex logró comprender mi nostalgia a la distancia y al divisarme acudir en mi ayuda con su ronroneo grave, pausado y sonoro. Nunca lo había visto, pero sabía que caminaba solitario por las calles, escudriñando en las esquinas por comida como preguntándose el porque de su miseria.
Hace mucho cargaba con aquel peso, pero no había notado su magnitud hasta ese instante. Ninguna persona se inmuto de lo que me pasaba o había pasado, pero él estaba allí, había entendido sin necesidad de palabras lo que la gente jamás logra entender si no te ve llorando. Aquella vez me conmoví como nunca antes, porque un pequeño animal que no conocía me hizo comprender su capacidad de enseñarme que era un animal superior y sabia que el único modo de llegar a las personas verdaderamente y hacerles entender que era especial era acercándose a ellas en los momentos donde la esperanza se pierde y se necesita una mirada de tranquilidad para curar el insomnio y olvidar todo lo que hizo que se lleve encima 40 noches sin dormir.

jueves, 2 de octubre de 2008

La Culpa siempre fue de Sansón

Se dice que andaba casi desnudo, el pelo largo a la cintura y el andar pausado que tienen los que guardan fuerzas para utilizarlas solo en momentos apremiantes. Una cicatriz que se dejaba ver muy poco y que le atravesaba la cara resaltaba el poder de una mirada dormida e intimidante. Había nacido radiante como el sol y con tanta fuerza como para no preguntarse si era posible destruir al mundo con sus propias manos, sino tan solo hacerlo. Tenia el don divino de la fortaleza, la que utilizaba para lograr hazañas tan asombrosas como aquellas que hacen que alguien se vuelva mito o leyenda. Todos conocían su don, lo habían visto matar cientos de hombres, pero nadie sabia la forma de destruirlo. Sus enemigos temblaban al escuchar su nombre, era improbable que consiguieran derrotarlo mediante la coacción.Sabían que podía destruirlos con su gran poder y le temían por eso. Así empezaron a buscar el modo de desaparecerlo. Ofrecían grandes fortunas con tal de saber cual era su debilidad o al menos obtener información sobre de donde venia su fuerza pero nadie lograba entender en donde radicaba su poder.
A pesar que es imposible saber que cruzaba por su cabeza cada vez que le atraía una mujer, es factible que le haya ocurrido lo que a la mayoría de hombres, el instinto animal o la necesidad de poseerlas se volvía su bandera y olvidaba todo lo demás con tal de mantener contento a su amor de turno. Mataba hombres y destruía castillos por la felicidad de su amada o para obtener una nueva. Parecía un animal salvaje que solo se domaba una vez que olía el perfume de la sangre o veía los labios brillantes de una bella doncella esperándolo; solo así resucitaba luego de cada muerte y dejaba ver el lado claro que estas habían ocultado en su persona. Al fin lograron comprender que una bella mujer siempre es el punto débil de muchos hombres, hasta de brutales asesinos como el. Lograron convencerla y lo sedujo, se enamoro de Dalila y al fin le revelo su secreto. De inmediato lo atraparon y le cortaron el pelo. Sucumbió ante un poder mayor que el de la fuerza, la mente.
Estaba condenado a morir por su estupidez, creer que alguien podría querer a un asesino de esa magnitud y además revelar su divino secreto fueron sus grandes problemas. Tenía todo y lo desperdicio por no cuidar con calma e inteligencia el motivo de su fuerza.
Era una pena que muriese de ese modo, engañado por una mujer, ciego y aplastado por los escombros de una ciudad que por venganza quería destruir. Aunque la gran verdad es que desde el momento que cayo en manos de Dalila estaba cegado como todos los poderosos que sucumben ante una mirada de deseo y pierden el hilo de su verdadera realidad pensando en el amor.
Sin duda, la culpa siempre fue de Sansón.

lunes, 29 de septiembre de 2008

Mi encuentro con un Inca.

Hace algún tiempo partí al norte en una travesía de 6 horas a la ciudad de Trujillo de vacaciones. Caminaba feliz por sus calles mientras el apacible sol con sus largos dedos me tocaba la piel como pidiendo permiso para recostarse. Como no tenía preocupaciones en ese momento, todos mis pensamientos iban hilados hacia un gran tema: ¿Por qué esta ciudad se llama así? Indagando a los transeúntes que tropezaba en la calle, me comentaron que el nombre que llevaba la ciudad era porque así se llamaba la ciudad donde había nacido el conquistador Francisco Pizarro. Algún tipo de extraña rabia me invadió y como a veces pasa se convirtió en risa y a su vez empezó a invadirme. La sola idea de escuchar la palabra conquistador hizo que me divirtiera, siempre pensé que mas que conquistador, aquel personaje que llego a dividir, enajenar e implantar, debería de tener el titulo de oportunista. Al final mitigue mi dolor convertido en risa pensando en la belleza que tendría aquel lugar donde nació aquel funesto personaje.
Paso el tiempo y con la idea fija de conocer el paraíso donde nació Pizarro llegue a España. Tome un auto y de inmediato fui a visitar Trujillo. Al llegar a la plaza y ver una pileta de aguas marrones y una estatua de bronce a la cual no se le podía ver el rostro porque un gran casco se lo tapaba, me desilusione tanto que no hice mas que volver a reír.
Aún no había visitado la casa donde nació y ya imaginaba el lugar a donde iba, una morada de criadores de puercos de 1500. A la entrada de la casa una señora que fungía de portera, muy servicial procedió a cobrarnos por los boletos de ingreso. En estos se encontraba dibujada una parte de los Comentarios Reales del Inca Gracilazo de la Vega. Al verlo se esbozo una sonrisa verdadera en mi rostro, se reconocía fuera de mi país la importancia de este personaje histórico, el regocijo interior fue tan grande como el que siente un exiliado cuando escucha su himno nacional fuera de la patria. Justo cuando iba a entrar y ante la cara de espanto de la portera al no saber quien era el que había hecho dichas inscripciones, solo pude sentarme y ponerme a pensar. ¿Estaba en la entrada pero porque pasaría? ¿De que sirvió que alguien haya logrado llegar hasta allá en búsqueda de la verdad y solo encontrar desilusión?. Me levanté nuevamente e instruí sobre aquel personaje a la señora. Lo agradeció y me pidió que entrara a ver el lugar. Me negué rotundamente y regresé a la pileta sucia de la Plaza de Armas de Trujillo.
Solo allí y lejos de mi patria, realmente me di cuenta de la necesidad de nuestro país de proteger a sus verdaderos héroes, que no son aquellos que murieron por salvarnos en las guerras que perdimos, sino aquellos que dejaron una huella tan marcada en una historia que no debemos olvidar.
Ese día entendí que en todos lados existen personas sin educación ni principios y que en vez de decirle Conquistador a un criador de cerdos, deberíamos de acrecentar el valor de nuestros verdaderos héroes para olvidar nuestro pasado esquivo y construir un futuro mejor aceptando las verdades de nuestra nación mestiza e ilimitada, como el Inca mestizo que me lo enseño aquel día.

viernes, 26 de septiembre de 2008

El silencio de la manzana

Ella era silenciosa y pasiva, labios brillantes y carnosos adornaban su mirada pensativa que no decía nada mas que dame un abrazo tierno y un beso que una nuestros labios y dure toda la vida. Su manera tan parca de entregar verdad por miedo a la burla había hecho de su confianza un mero títere de su cerebro brillante.
Esto no lo apreciaban los demás, pensaban que era mejor verla caminar majestuosa a conversarle, preferían simplemente agasajarse con su presencia a aguantar su silencio. Eso lo percibía, sabia que ella no estaba interesada en ser escuchada pero si tenia la necesidad de escuchar. Un día, luego verla en una fiesta, a lo lejos junto a un grupo de conocidos en común, entre copa y copa, el silencio hizo que lográramos juntarnos en el destino esquivo en esos momentos de eternidad. Jamás creí que quisiera acompañarme y dejar ese lugar rodeado de gente como ella, majestuosa e intrigante, pero sucedió.
Estaba allí sin saber como, conmigo alguien sin futuro y que solo tenia la virtud de decirle la verdad. Tal vez por eso había escapado junto a mi, fuera de aquel lugar idílico para ella e incomodo para mi. Estaba embelesado y confiado, porque creía realmente en lo que su mirada entregaba y porque presentía que necesitaba decirme algo especial. Esto hacia que los límites de la ilusión desaparecieran ante mis ojos, era una diosa de carne y hueso solo para mí.
Caminamos en la calle muy juntos sin decirnos una palabra, entramos al primer bar que pudimos trastabillando y escapando de la lluvia que asomaba. Las copas fluían sin descanso, la miraba con paciencia y con ello aprendí a descansar del miedo y dejarme llevar por la seguridad que me brindaba. Todos en el lugar nos observaban y ella lo sabia, por la forma como tomaba, parecía que no quería que lo dejaran de hacer.
Tomaba mirándome y no decía palabra alguna, mientras me esforzaba por llenar el incomodo silencio que nos rodeaba parloteando de cualquier tema que se me ocurriera, ella paseaba su dedo en círculos moviendo los hielos de su whisky doble. Luego de unos vasos volvió a mirarme, sus ojos habían cambiado, y cuando al fin decidió hablar, de su boca salieron palabras llenas de odio y resentimiento. El impacto me dejo impresionado, su carácter era el de un dictador que tiene el mundo a sus pies, su demonio interno se veía a través de sus ojos, el alcohol recorriendo su cuerpo y se mostrándose por medio de palabras voraces e irrepetibles.
Estaba sorprendido y asustado, hace solo un momento me encontraba en la gloria y ahora no sabía como escapar de ese demonio enfurecido al que tenía que cuidar. Era un sueño vuelto pesadilla y no tenia la menor idea de que hacer, la paciencia se me agotaba y la vergüenza convertida en sangre iba brotando y pintando de rojo mi rostro.
Pude soportar unos momentos su forma mas detestable, mientras le preguntaba con voz temblorosa ¿Porque no nos vamos de aquí? Ella no contestaba, solo seguía gritando ebria en golpeando la mesa. Al recordar el principio de la noche, me di cuenta que sobria era un ángel y ebria un vendaval insoportable, así que decidí intentarla hacer vomitar, necesitaba volver a ver su lado angelical, era el único motivo por el que seguía allí aguantándola.
Cuando la tome del brazo para hacerlo, abrió los ojos y me miro con más locura aun, empezó a tirar vasos y a decir que era la reina del mundo.
Solo pude levantarme de la silla, tomarla de los hombros y arrastrarla al baño para gritar con todas mis fuerzas "Vomita carajo", mientras ella seguía forcejeando y maldiciendo.
En ese momento entendi el silencio de la manzana, que cuando esta podrida, ni aunque brille con un color sobrenatural y parezca perfecta o distinta por fuera es capaz de convencernos que es la mejor manzana, porque una vez que la vemos por dentro esta inservible y podrida; y el tiempo la seguirá empeorando.

sábado, 20 de septiembre de 2008

Mirando de Lado

Cuando cumplió los 18 años, regreso a su tierra, luego de haber estado en ciudades lejanas e inhóspitas. Este viaje le abrió los ojos como nunca pensó, porque disfruto de la soledad y junto al silencio comprendió al amor en todas sus facetas. Pero tuvo que regresar y encontró que el retorno a la ciudad había llenado de monotonía su vida, no podía partir nuevamente, así que tuvo que idear alguna salida que le permitiera escapar de la redundancia. Como una luz radiante que entra por la ventana de mañana para acabar con el sueño, una idea resplandeció dentro de su mente y le ayudo a salir de la repetición, hacer bioensayos para tratar de escapar de la reiteración de situaciones diarias que le disgustaban y hacían que deteste haber aprendido tanto del amor solo por regresar a la rutina y la común coexistencia. Estos consistían en hacer cosas ilógicas o que pocas veces se hacen para conseguir entender realmente al tiempo, el modo en que no nos damos cuenta de como lo perdemos y el punto de partida de la impaciencia.
El primer bioensayo constó en lograr aguantar con suma tranquilidad una misa de 2 horas y escucharla pacientemente. Fue difícil pasar esta prueba con la voz pausada del cura y la incomodida de las bancas del local, pero lo logró. Ese día entendió que alguien se había dado cuenta hace mucho, que el verdadero modo de llegar al poder era embaucando a los otros para pertenecer o creer que las religiones son el único modo de salvarnos.
Luego continuaron sucesivos intentos por conseguir el ansiado motivo para escapar de la regularidad. Entre ellos estuvo subir a autobuses sin rumbo establecido. Solo tomarlos y recorrer la ciudad hasta parar en un punto al azar; cabalgar la ciudad sin destino predeterminado hizo que comprendiera que aun habían modos de ver nuevos rostros, nuevas angustias y sobre todo que supiera que su carga no era tan propia sino de todos aquellos desconocidos que subían y bajaban del colectivo con el pesar de saber que seguirían haciéndolo hasta que encontrasen la idea feliz que les diese un cambio a su reincidencia, para poder escapar de las miradas tristes que da la monotonía de repetir lo mismo todos los días. Así, siguió intentando, y cambio los buses por caminatas, las misas por manifestaciones, los políticos por mendigos y la tristeza por esperanza.
Logró comprender que era necesario conseguir algún modo de juntar todo aquello que lo había obligado a cambiar; para al fin lograr el bioensayo que le quitase el peso o la obligación de tener que escapar de la redundancia. Luego de pasar por millones de nuevas experiencias, encontró el medio para escapar de una realidad que le enseñaron, esto consistía en mirar de lado para confundir la forma en la que observaba y extraviar dentro de ese universo inusual su aprendizaje. Donde antes estaba todo horizontal ahora estaba vertical y viceversa.
Para el, tan solo unos cuantos minutos al día bastaban, para des atosigarse del estrés y encarar con una sonrisa la vida. Haber encontrado la felicidad y salir de la regularidad de un modo tan simple es un privilegio único e inconcebible, una perfecta bendición.

jueves, 11 de septiembre de 2008

Nadie nos escucha

Mueven la cabeza como diciendo, te entiendo, pero en realidad miran un punto en el vacio demostrando el poco interés que tienen por escuchar nuestros mas íntimos problemas; mientras siguen asintiendo con la cabeza. La mayoría de personas vive en su mundo y lo demuestra en su interactuar diario. Tan solo utilizan el conocimiento que han adquirido sobre nosotros para conseguir lo que necesitan y aprovecharlo en su beneficio.
Casi todo es así, pocas personas son puras de pensamiento y serviciales por naturaleza; muchas al darse cuenta que su comportamiento desinteresado era aprovechado por otros, dejaron de interactuar como usualmente lo solían hacer y comenzaron a vivir su vida alejados de aquellos que solo mostraban interés por si mismas.
Lamentablemente estamos solos y a pesar que nos rodeamos de familia, amigos, amores, amantes y conocidos no logramos comprender porque algunos nos cohibimos en un mundo paralelo en el cual intentamos evadir a la gente que nos rodea, no podemos dar todo hasta estar seguros que no saldremos lastimados y por cuidarnos, algunas veces perdemos de vista el verdadero fin por el que la sensibilidad se convirtió en nuestra bandera, aprender. Buscamos que nos entiendan y a la vez, aprender de todo lo que nos rodea; para ello necesitamos crear cierto grado de empatía con el entorno y así recopilar la mayor cantidad de conocimiento que nuestra percepción y ganas de darnos cuenta de lo que nos rodea, nos demuestren.
Sin duda expandir el miedo es mucho mas fácil que hacer lo mismo con la alegría o la felicidad, guardar un poco de lo que sabemos y absorbemos de nuestro entorno hace que perdamos millones de oportunidades, pero también logra situarnos en un peldaño privilegiado para aprender a elegir quien es la persona que estara a nuestro lado en el futuro venidero.
Millones de sonrisas recorrerán nuestros ojos, miles de atardeceres nos harán recordar el pasado triste junto a nuestros millones de recuerdos nostálgicos, tal vez algún día encontremos a la persona indicada para dejar el mundo de lado, así podremos reconocer quien verdaderamente esta dispuesto a compartir una amistad y la carga con la que nos marca el vivir; y no a usarnos tan solo como bestias de carga para sus caídas, problemas y vicisitudes de momento.

lunes, 8 de septiembre de 2008

Malas Costumbres

Somos tan idiotas que nos acostumbramos a disfrutar de tonterías para matar el tiempo en vez de hacer cosas que realmente creen buenas costumbres en nosotros. Fumar cigarros, desperdiciar el día pegado al televisor, comer por gula, caminar desgarbados, no curarnos una dolencia por flojera, estar con alguien por no quedarnos solos y vivir preguntándonos como salir de la tristeza sin buscar el modo de cambiarlo; son algunas formas de darnos cuenta que solo somos capaces de tomar lo primero que nos cae en las manos en vez de buscar mas y mejores salidas.
Deberíamos de empezar a dejar las malas y antiguas costumbres e intentar nuevas para poder desarrollar un modo de mejorarlas y traer una distinta perspectiva a la vida. Si sabemos como hacer para que una cosa nos salga mejor, deberíamos tratar de conversar con nuestra conciencia y castigarnos internamente hasta que ello se vuelva una costumbre, para así lograr vencer a nuestra estupidez que siempre logra escoger la peor idea y hacer de ella un ritual habitual.
Es difícil reeducarnos en ciertos aspectos, porque estamos acostumbrados a la vida fácil, a que lo único importante en ella sea el dinero, buscar como llegar a el y encontrar a quien amar; porque no nos queremos y seguimos mintiéndonos sin poder abrir los ojos para conocernos.
Las malas costumbres nacen de empezar a hacer algo que nos convence momentáneamente pero lo hacemos porque queremos salir del aburrimiento o porque sentimos de algún modo que nos da felicidad, aunque esta sea pasajera y muy dentro de nosotros lo sepamos, seguimos haciéndolas por miedo a perder lo que tenemos.
¿Alguien nos ayudaría a luchar por cambiar cada vez que una idea se vuelve una mala costumbre? Nadie, solo nosotros mismos, por eso tal vez es mejor seguir viajando por los laberintos mentales que parecen no tener salida y encontrar la verdad en donde todos somos felices cuando algo se vuelve repetitivo, la búsqueda del cambio.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Todos los nombres

Pongamos que me llamo Andrés, y creo que la vida es un juego, las cartas predominan en mí accionar y mi móvil es ilustrar a los demás de la mayor habilidad de la que fui dotado, hacer dinero peleando con el azar.
Pongamos que me llamo Laura, y soy una colegiala de mirada tierna y de falda corta que solo aprendo lo que me enseñan, jamás buscaré respuestas ni investigaré porque ya esta todo dicho y descubierto. Creo en lo que las monjas dicen acerca de la castidad y de como protegerme de mis ganas de ser poseída, por eso tengo la necesidad de aprender a mentir.
Pongamos que me llamo Mesa, y solo me utilizan como apoyo o superficie de trabajo, mis funciones son básicas pero aun así alguna que otra vez puedo jactarme de tener emociones fuertes.
Pongamos que me llamo Fido, y soy un perro que solo sabe buscar y dar cariño todas las horas que me mantengo despierto, orino donde me da la gana y tengo comida porque aun hay personas que comprenden como he perdido mi orgullo por verlas felices.
Pongamos que me llamo Jabón, y me acostumbro a los cuerpos fácilmente, mis deseos diarios radican en recorrer lugares que antes no recorrí, que me lleven por caminos que no pensaba que existían y si es posible, conocer sin haberlo imaginado la mayor cantidad de cuerpos que pueda, antes de desaparecer con la ayuda de mi otra compañera además de la piel, el agua.
Pongamos que me llamo Muerte, y soy la más temida porque las personas no saben que hay después de mi, porque los arranco de la felicidad o tristeza en la que viven para mostrarles algo nuevo e incomprensible, soy como el Futuro pero también estoy en el presente.
Cada cosa, persona, animal u objeto tiene un nombre por algún motivo, preguntarse quien, cuando y donde fueron creados es algo mucho mas profundo, el nombre es lo primero. Indagar al igual que Platón si estos provienen del mundo de las ideas donde todo esta predeterminado no es importante, intentar comprender a la persona que utilizo un nombre para dárselo a algo o alguien es lo que prima, pero aun mas importa encontrar nuestro verdadero nombre, nuestro propio significado. Espero algún día comprender realmente como me llamo, mirarme al espejo y reconocer quien soy, algún día sabré mi nombre y no dejaré de buscarlo aunque cuando lo encuentre; posiblemente demore toda la eternidad para lograr pronunciarlo.

jueves, 28 de agosto de 2008

Telepatía

Desde que vi la luna llena por primera vez hace muchos años, quede perplejo con el sutil resplandor que un satélite tan lejano y desconocido causaba en mí. Empezar a plantearme si debería seguir viviendo y aprendiendo solo a través de las enseñanzas que podían brindarme mis padres, familiares, maestros y amigos o también utilizar a lo que la percepción de la naturaleza, el clima, la noche y el entorno me brindasen, fue una obligación casi automática.
Supe de inmediato que las pautas naturales se forjaban con lo que otros me harían comprender de la vida pero que sin duda tendría que creer en el infinito, en lo ilimitado del pensar, en que muchas cosas que conocemos tienen millones de puntos de vista que no comprendemos porque no somos capaces de verlos y también de aprender a sentir que existen maneras distintas de comunicarse o conocer.
Esto hizo que en algun momento formule la pregunta para entender cual era la razón de la existencia de las experiencias extrasensoriales, situaciones donde la razón duda y la anarquía mental, ante un evento tan fuera de lo común, es la que necesita aprender a dominarse para aprovecharlo al máximo en vez de sucumbir ante el.
Sin encontrar ninguna respuesta que me convenza, empecé a buscar casos aislados donde ocurrían esta clase de eventos inexplicables. Supe de personas que movían cosas con la mente, otras que se comunicaban sin necesidad de palabras y algunas mas que eran capaces de caminar sobre el agua o golpear objetos con sonidos. El conocer esta cantidad de hechos y situaciones inverosímiles hizo que se volviese mas fuerte la creencia que la humanidad no se expande y que no sabemos ni la mitad de lo que podríamos saber porque no encontramos la manera de lograrlo, porque no buscamos donde deberíamos buscar, porque vivimos de lo que nos enseñaron y no escudriñamos a nuestra verdadera realidad.
En algún momento luego de tantas preguntas que parecian no tener respuesta, logre tomarme un tiempo para aprender de mi y que mediante el sueño lograr conocer mi lado telepático, ese al que nadie llega porque no cree, aquel que nace de la esperanza y el pensamiento y se va formando como por arte de magia en aquellas personas que estan convencidas realmente en que la verdadera naturaleza del ser humano es mágica.
Es por eso que ahora solo intento concentrarme lo suficiente y pensar en alguien especial, lograr visualizarlo e invitarlo por medio del ensoñar a mi mundo, tal vez le robe el sueño y sea imposible que lo logre despierto aun, pero si quiero seguir creyendo y logrando cosas inverosímiles y no creo en mi, de que me sirve intentarlo.

sábado, 23 de agosto de 2008

Ciudad en segunda

Hace dos días aprendí a manejar. Embrague y primera, el auto tose y mis nervios se encrespan al no entender a esta maquina y darme cuenta que detesto tomar el volante. Luego la segunda suave y la necesidad de esperar que las revoluciones suban para meter la tercera, pero esto nunca ocurre, sigo utilizando solamente primera y segunda por toda la ciudad.
Simplemente es imposible subir las marchas del auto porque el lugar no permite que eso suceda, porque las calles están repletas de personas que cruzan sin un ápice de respeto, conductores que solo saben ser más estúpidos y avezados mientras mas tiempo han pasado al volante y empresas que construyen sin pensar por un momento en los demás.
Eso es lo que ocurre con mi ciudad, el desarrollo parece no llegar, solo edificios gigantescos se yerguen para hacer que el transito habitualmente insoportable se torne nefasto e imposible por el hacinamiento poblacional y automotriz que empieza a ser cada vez mayor. Las constructoras siguen haciendo departamentos gigantescos aprovechando el alza de la propiedad inmueble y se adueñan con tractores, mezcladoras y fierros de la ciudad y sus pistas para volver al conductor mas irascible de lo normal.
Estoy manejando y al ver a los peatones avanzar mas rápido a pesar que voy en auto, siento como la tensión se manifiesta en mi por medio de una presión constante en la nuca, la cual se presenta con mayor fuerza cuando pienso que tendré que subir nuevamente al auto en otro momento e ir por la ciudad a 32 km/h como máximo y luchar contra la idea que jamás llegare a mi destino a tiempo, así prevenga que el transito será detestable o que tal vez nunca pueda poner la tercera para sentir la rapidez progresando, haciendo que el tiempo sea un juego debido a ese idilio informal que tiene con la velocidad y aleje al fin la opresión que reina en mi cuerpo al saber que es imposible conocer a que hora llegare al lugar deseado en esta ciudad en la que solo se puede manejar en segunda.

lunes, 18 de agosto de 2008

Instantes sin poesía

En los momentos de ocio, cuando el destino parece no querer dejarme escapar de la realidad, encuentro instantes donde reconozco que puedo resumir los acontecimientos que me ocurrieron y siento que es un modo distinto de compactar millones de situaciones en solo tres o cuatro palabras en las que juego con emociones y hechos los cuales intento explicar difícilmente sobre un papel.
¿Como lograr explicar una emoción con palabras?
Siempre es posible aunque parezca poco factible lograrlo, porque aun tenemos la suerte de compartir ideas en las cuales somos capaces de meditar, porque aun tenemos la poesía que nos permite explorar conocimientos y sentimientos mediante palabras, las cuales normalmente no logran expresar lo que podrían y solo sirven de antifaces para ocultar la verdad.
No me gustan las fotos porque solo logran plasmar el instante al cual es muy fácil de engañar sonriendo o falseando caras de felicidad para dejar un buen recuerdo de nosotros para la posteridad, el recuerdo de un reflejo plasmado, como las sonrisas forzadas a las que nos obliga una fotografía, la cual termina siendo como decir que estamos mejor que nunca, cuando en realidad morimos por dentro.
Las palabras en versos son más completas, con ellas se puede viajar a través de ese momento, recorrer cada segundo antes y después de aquel instante donde decidimos plasmar nuestros recuerdos. Creo que es imposible tomar con algún mecanismo ese instante poético que permite jugar con los hechos para hacernos rememorar en el tiempo un evento particular, las palabras precisas en el lugar perfecto son el único medio de no olvidar cada acontecimiento desde su inicio a su fin, no solo el segundo de falso éxtasis donde es disparada la foto.
Para que gastar el tiempo posando para millones de fotos si luego solo hará que las odiemos, que cuando seamos mayores recordemos la añorada juventud con nostalgia y nos demos cuenta de todo lo que la vida cambio, de todo lo que envejecimos y lo que el pasado dejo en nuestro recuerdo, la forma como jugamos con nuestra sensualidad se fue y tal vez esos recuerdos solo serán parte de un pasado ilegitimo y que podríamos llegar a aborrecer.
Hace mucho comprendí la importancia de aprender a leer poesía, disfrutar de aquello que te puede brindar su creador, ese hacedor de fantasías que compacto imágenes y sentimientos y fue capaz de lograr versos que suelen descalabrar o regocijar el alma al conocer la pasión que les dio su creador al lograrlos, al entender el todo y no simplemente un mísero instante.
Luchare siempre por ser una poesía, por expandirme en el tiempo y dar el corazón a cada segundo del que se compone mi vida, espero jamás me recuerden como una simple fotografía ni como el instante de supuesta felicidad al que intenta describir, sino que sea algo tan difícil de comprender como un verso triste, imborrable y que trascienda en el tiempo.

miércoles, 13 de agosto de 2008

El Mundo del Mañana

Cuando crecemos, el tiempo va formándonos, curtiéndonos y eliminando paulatinamente nuestros miedos, en el transcurso del mismo siempre surge una pregunta dentro de muchas que aun no es contestable, al menos en mi caso particular y es ¿a que le temes?. Pensar en como responder esta encrucijada me hace viajar por ideas sin pies ni cabeza que en un momento de claridad me ayudan a reconocer que mi único y verdadero miedo es el futuro.
El crecimiento tecnológico es tan acelerado que los límites son cada vez mas desconocidos. Ese desconocimiento aunado a la ampliación y destrucción pausada de los límites hace pensar que lo que nos toca o le toca a las generaciones venideras sea inimaginable y a la vez tremendamente peligroso.
No entender el funcionamiento real de cada artefacto y pensar en que alguien tenga la habilidad de conocer el accionar de cada circuito integrado o maquina existente, hace que la capacidad de destrucción sea abominable y debido al creciente aumento de la maquinaria en la vida diaria, posiblemente nefasto.
Es casi imposible que salgamos a la calle sin cargar algún artefacto. Normalmente son celulares, reproductores de mp3, alarmas de autos, laptops, palms y cualquier tipo de maquina que nos simplifique el quehacer diario o nos brinde un beneficio inmediato. Todo esto nos brinda un beneficio directo e irremplazable pero ¿no somos demasiado dependientes de estos?
Le temo al mundo del mañana no porque mi destino final es la muerte, ni por pensar que aun me quedan muchos años para seguir tropezando, sino porque el avance tecnológico desmesurado y sin control puede destruir no solo a la persona sino a su entorno, habitad y sociedad.
El futuro da miedo porque con el tiempo tal vez para todos sea necesario llevar algún artefacto electrónico con nosotros y muchos me dirán que jamás podría ocurrir algo como eso, que la sociedad esta protegida por el estado y que la tecnología solo nos hace bien, pero si alguien es capaz de controlar cada objeto electrónico que utiliza el común denominador de las personas, no tendría limite existente, aparecería al fin aquel que destruya las ideas pasadas, aquel que tenga lo que muchos buscaron por tanto tiempo, el mundo en su poder.

jueves, 7 de agosto de 2008

El Inmortal

Siempre me pregunte si existía alguna persona que pudiera retar a la muerte, enfrentarla y vencerla. Mi idea al principio parecía descabellada como muchas que suelen ocurrírseme, encontrar a algún ser humano inmortal parecía un estúpido juego creado por mis ganas de tener fe en la eternidad que se logra venciendo a la muerte.
Acepte que no podría vivir sin encontrarlo, entendí que estaba destinado a trabajar solo para cumplir con mi idea y empecé a viajar para completar mi búsqueda. En cada lugar que visitaba conocí personas increíbles. En la India, faquires que llenaban su piel de objetos punzantes pero todo terminaba siendo superficial. En Bahréin, hombres en llamas que se quedaban prendidos para demostrar su fortaleza pero no porque se pensaban inmortales. En Norteamérica, avezados pilotos de motocicleta que solo lo hacían por la adrenalina pero cuando se les hablaba de muerte temblaban como un bebe la primera vez que duerme con la luz apagada. Cada uno de ellos ostentaba una voluntad casi infinita pero algo me decía por dentro que ninguno lograría la inmortalidad.
Tuvieron que pasar quince años, muchas personas e interminables dilemas para encontrarlo. En algún lugar de Vietnam me contaron de un personaje que vivía en las costas de Libia, dijeron que solo con la mirada podía dejarte sin palabras pero no solo era así, su mirada tenia la seguridad de alguien que sabe todo, con ella no solo era capaz de resplandecer, también adivinaba pensamientos. Inmenso como una pared de presidio, tenía el cuerpo blindado de músculos, pero el que mas resaltaba estaba en su cara. Su maxilar, que casi le deformaba el rostro, era tan marcado que sin duda era el más desarrollado de todos los demás músculos de su cuerpo. Cuando supe que su mandíbula tenia esas dimensiones porque la ejercitaba apretando los dientes, imagine que solo seria por nervios, aunque estuviese equivocado porque los nervios no existían para el. Luego supe que tenia aquella protuberancia en la cara porque para ponerse una pistola cargada en la cabeza, se tiene que apretar muy fuerte las muelas. Con el tiempo había perdido el miedo a la muerte y adquirido un eterno dolor en bucal que solo le hacían pensar en su próxima visita al odontólogo, sobre todo después de jalar el gatillo en su turno e impávido, ver volarse los sesos a su adversario en el siguiente.
Llevaba la pistola sobre la cien con la tranquilidad enervante que dan los años al hacer siempre lo mismo. Incontables veces tuvo duelos de este tipo y aun seguía con vida. El obtenía triunfos donde las revanchas son imposibles, en el juego de la muerte por excelencia, era invencible en la ruleta rusa.
Se preguntaran ¿Como alguien es capaz de ir por allí disparándose a la cabeza como juego? Por el mismo motivo que un suicidad es capaz de ponérsela para acabar con su vida, la seguridad de que algo ocurrirá. En el era contraria la opción a la del suicidad común, mientras este sueña con olvidarse de su tristeza entregándose a la muerte, el vibraba de algarabía sin temores para encararla y no creer en ella, tenia la absoluta seguridad de que jamás moriría por causa así.
Cuando me dejó tiempo para conocerlo, comprendí al fin lo distinto de su parecer y porque realmente no moriría. Había sufrido demasiado en la vida, la muerte de sus compañeros de escuela, de su tropa y su familia. Todo lo que quería se había desvanecido, solo la máxima tristeza le había hecho comprender que sin duda alguna, morimos porque nos lo creemos. Contaba con 203 años y al paso que iba se convertiría en el primer inmortal, el único ser humano que creía tanto en vivir que retaba a la muerte y la vejez cada vez que podía, sin una pizca de miedo.

lunes, 4 de agosto de 2008

El motivo de la soledad

Mientras venia a casa en un taxi a toda velocidad, el sol en un día triste de invierno en esta fúnebre ciudad había logrado alegarme, tal vez fue el resplandor el que elimino la pesadez invernal de mi cuerpo, eso es algo nunca entenderé.
En vez de cerrar la ventana para protegerme del aire helado que arreciaba, preferí asomarme como un niño que disfruta como la fuerza del viento le desfigura momentáneamente el rostro para refrescarme con el viento gélido que penetraba en el auto.
Llegue a casa y luego de ponerme un abrigo, salí a caminar en busca del ocaso aprovechando lo que quedaba de luz solar. No me lo había propuesto, solo sentía una energía interior que me impulsaba a hacerlo. El reloj marcaba las 6 y el frió empezaba a arreciar cada vez con mayor fuerza. La caminata duro 20 minutos hasta que logre divisar el mejor lugar para despedirme del sol. Mientras me acomodaba, la gente transitaba sin préstale atención a tan maravillosa visión multicolor y me preguntaba porque las personas no disfrutaban de este raro espectáculo en invierno. Parecía que se había vuelto tan común que no eran capaces de sentarse dos minutos a darse un respiro y ver la energía que irradiaba un acontecimiento tan particular como el sol anaranjado ocultándose en el horizonte.
Me tome unos minutos para disfrutarlo y al fin logré entender que el sol al ocultarse despliega esa ráfaga maravillosa de colores, por un solo motivo, hacer el amor con la tierra, es un amor tan perfecto que no existen palabras ni imágenes para comprenderlo, es la creación misma enseñandonos la verdad en silencio. Mientras disfrutaba de esa maravillosa visión, iba esperando que el cielo sin nubes me permitiera disfrutar de las estrellas y la necesaria luna, que es necesaria porque alumbra en el momento donde más se necesita de luz. Las personas me observaban extrañas, mientras miraba al cielo impávido como un hombre lobo esperando su luna llena para sentir al fin su aullido. No me interesaba que pensaran, solo quería fusionándome de algún modo con el ocaso, dejando que la noche me empape de felicidad.
Cuando logré olvidarme de todo a mi alrededor y enfocarme solo en el infinito que se me presentaba en la forma de aquellas bellísimas estrellas acompañadas por una luna estupenda, comprendí que habían cosas que me diferenciaban de los demás y estuve feliz por eso. Había encontrado el motivo de mi mas profunda y verdadera alegría, la satisfacción de saber que la soledad me ayudo a apreciar cada instante que transcurre y a estar al tanto de un sensibilidad que me era desconocida, para así aprender a protegerla solo de las miradas sin vida e imaginación que rondan nuestra existencia constantemente y que jamás entenderán que especiales se ven las cosas detrás de nuestros ojos.

miércoles, 30 de julio de 2008

La mezcla perfecta

Mi color preferido siempre fue el morado, mezclar dos colores básicos como el azul y el rojo para lograr uno que los supere, tuvo efecto en mí desde muy pequeño. Me hizo entender que la diferencia de piel, cultura y creencia entre las personas es lo que hace a la vida infinita. Consiguió que comprendiera que solo con las mezclas se podía luchar contra la muerte estando vivo. Fue especial saber de pronto que un color me había hecho entender muchas cosas. Empezaba a conocerme y para eso necesitaba entender cuales eran mis raíces y aceptar que soy parte de una eterna mixtura de condiciones y lugares que son los que me hacen como soy.
Si existiese la forma de explicar el odio o el amor seria inútil que sigamos con vida, porque descubriríamos los secretos mas deseados de la existencia. Lo extraño es que conociendo esa dificultad nos deleitamos acercándonos a ello aunque eso sea imposible, y sabiéndolo, seguimos intentando. Lo mismo ocurre con los pura sangres de carrera, la pasión de tratar de comprender la genética, animo y carácter animal para crear al nuevo campeón, aquel penco que logre recorrer la mayor distancia en el menor tiempo posible, al igual que el odio y el amor es inexplicable, pero cuando nos acercamos a comprenderlo logramos conocer ese estado en que la tensión hace nacer la emoción.
El caballo de carrera tiene la bondad de ser un animal para la experimentación, creado con el propósito fundamental de unir razas para desarrollar al ser vivo que mas distancia pueda recorrer en el menor tiempo del planeta. Muchos animales tienen el don de ser veloces pero no por grandes distancias y menos aun cabalgados.
La emoción de reconocer la belleza de un pura sangre de carrera y comprender como el hombre fue capaz de lograr crear tanta perfección por medio del cruce de razas, es tan difícil de entender como el porque de un color o del día y la noche. Nos demostramos que podríamos aprender a mejorar las razas e intentar crear algo que antes no existía y que ahora gracias al hombre, la naturaleza logro reunir para cumplir el destino de todas las razas, colores, religiones, pensamientos y sonidos dentro de un habitad finito como la tierra, mezclarse.

domingo, 27 de julio de 2008

Asesinos

Si Dios nos dio una virtud a todos los seres humanos es la de poder crear. Desde tomar un lápiz y un papel para inventar nuevas formas con un trazo, siguiendo por jugar con arcilla para hacer estructuras inimaginables, usar un pincel para garabatear un oleo y conseguir una pareja para lograr conocer la magia creativa humana, procrear.
Todos estos tipos de creación y muchos otros son nuestra forma de hacer entender a los demás que siempre tenemos algo que decir, que todo lo que aprendimos tal vez sirva para otros que necesitan algún aliciente para salir de la monotonía y así también crear. Con el tiempo voy dándome cuenta que la monotonía me maniato como a muchos, tenia que desaparecer para que mi mente se aclare, el placer personal se había vuelto una enfermedad incurable y que tal vez en esas noches, tardes o mañanas de tocarme intempestivamente, desperdicie millones de pequeñas ideas, millones de pequeñas nuevas salidas en el desagüe de la ducha del baño.

Onanistas somos todos, algunos más silenciosos, algunos menos impetuosos y otros que solo lo hacen para no tener que salir a la calle a tropezar con su estupidez y no poder consumar actos necesarios para cualquier ser humano como el de interrelación e interacción corporal. Pero todos seguimos sin decirlo, muchos hemos perdido en la alcantarilla millones de oportunidades de traer al mundo alguien especial, muchos dejamos que la calentura nos haga explotar por necesidad y otros por aburrimiento, tal vez sea porque a pesar que llegamos a sentirnos increíbles luego de un orgasmo que necesitamos, no nos damos cuenta que con la masturbación aprendemos de nosotros y de la belleza interna creadora.

El placer siempre corroe la lógica, porque es lo mas cercano a un instante de felicidad ante tanta tristeza, y la verdadera felicidad hace que nos olvidemos de todo. ¿Alguien aceptara que se masturba luego de haber leído esto? Nadie lo hará, porque siempre dejaremos de decir lo que nos hace sentirnos ridículos ante los demás, aunque ellos tambien lo hagan, pero tambien es necesario que sepamos que aquellos que juzgan sin expandir su mente ni aceptar lo que hacen a escondidas son los verdaderos asesinos de la creación, esos que retrasan a la evolución para continuar con su avance desquiciado.

miércoles, 23 de julio de 2008

Maquinas

La vida es muy compleja: amor, melancolía, recuerdos, tristeza... sentimientos que hacen que no sea nada fácil andar en ella y mucho menos sin conocerse totalmente. Es obligación de cada uno aprender de si, tanto como hemos aprendido de los implementos que hacen al transcurrir del día a día mas fácil como las computadoras o los autos. El consumismo ha hecho que nos volvamos parte de la tecnología y que con el pasar del tiempo esta no sea mas un privilegio sino se convierta en una necesidad y haga que conozcamos mas a los artefactos que utilizamos que a nosotros mismos.
Cada uno adquiere el conocimiento básico de cada implemento nuevo que compra debido al uso que le va dando, aunque muchas veces esta compra sea mas por compulsión o por un simple capricho que por verdadera necesidad.
Esta compulsión hace que nos volvamos parte de la maquinaria capitalista, que seamos un artículo dentro de una matriz hecha para dominarnos a través del dinero y sus impulsos de superioridad. No estoy diciendo que es necesario vivir en la pobreza para ser feliz, pero vivir del dinero para el dinero nunca fue una opción viable.
En el caso que dicho objeto sea una computadora, el usuario se vera en la imperiosa necesidad de tomarse un tiempo prudente para encontrar cada truco que esta tenga. Por ejemplo, cuando nos prestan una computadora y esta es mas lenta de lo habitual o tiene una forma distinta de encenderse, siempre nos preguntamos si la misma esta malograda o fuimos nosotros los que lo hicimos y eso es porque siempre tienden a estar configuradas de tal forma que solo su dueño sabe cuando la misma esta empezando a traer problemas, ponerse lenta o colgarse. Lo mismo sucede con los automóviles, solo el dueño o el conductor habitual sabe el truco del mismo: Como subir la ventana que no sube, como hacer para que cierre la puerta malograda o como consumir menos gasolina en la ciudad.
Todo en la vida necesita empatía para que se logre del mejor modo, si conocemos y creamos un vinculo de necesidad con cada cosa que nos interesa, también deberíamos poder crear ese vinculo con nosotros para lograr derrumbar las barreras que no nos permiten decidir en la vida del mejor modo. Entonces si logramos tomarnos un tiempo y entender como conocer nuestro interior y exterior así como las maquinas que nos hacen la vida mas fácil, terminaríamos por entender que estos instrumentos solo son una vía para la ayuda y la evolución tecnológica, pero si esta no logra tener al ser humano como principal foco hacia el conocimiento, jamás podremos conseguir las respuestas que buscamos para encontrarnos y encontrar la empatía necesaria con todo nuestro alrededor, para siempre tener a la humanidad como punto de partida y de llegada sobre todas las cosas que vamos aprendiendo y construyendo con el transcurrir del tiempo.

sábado, 19 de julio de 2008

Celular

Hace no mucho había notado que este bendito aparato siempre esta apagándose y a pesar de eso, no hacia nada por cambiarlo. Muy dentro de mí esperaba que se malograra y por fin terminar con la dependencia que le tengo.
Los problemas que acarrea poseer un celular en este estado van incrementándose con el paso del tiempo porque si bien en el pasado tenerlo implicaba un lujo innecesario, ahora es una necesidad imperativa. Antes al que tenia un celular se le veía como un adelantado y feliz propietario, ahora al que no lo tiene lo ven como un extraño desadaptado y antisocial.
Lamentablemente los celulares se han vuelto compañeros inseparables de las personas porque estas intentan llenar los vacios que da la soledad hablando la mayor cantidad de tiempo, lo que hace que este lujo del pasado se haya vuelto una necesidad obligatoria. Esto trae consigo que las personas dejen de comunicarse mediante el cara a cara, la directa interrelación se va perdiendo por un motivo principal, no aguantar la soledad. Esto las hace marcar cualquier número para sentirse nuevamente queridas de algún modo al escuchar la otra voz en el auricular que disipa el temido silencio, todo a un botón de distancia.
Muchos dirán que no solo es ese el motivo por el cual el celular se ha vuelto una necesidad, lo defenderán porque es algo necesario para el trabajo, para una comunicación más vertiginosa o para no perder el tiempo, todas estas suposiciones son verdaderas pero ¿Que hace que luego del trabajo necesitemos de este aparato? ¿Que hace que necesitemos una comunicación mas rápida? Estoy seguro que el limite de respuestas para estas preguntas no existe, pero si analizamos realmente la cuestión solo podremos sacar una gran conclusión, nos cuesta demasiado lidiar con nuestro silencio.

lunes, 14 de julio de 2008

Eclipse de Luna

La tome de la mano y la lleve a tirones al auto diciéndole que le tenia una sorpresa esperando. Ni siquiera la había besado y la tome para ofrecerle algo que ella aun no entendía y menos aun el motivo por el cual la hacia salir sin arreglarse y tan apurada.
No quería decirle de que trataba la sorpresa pero ante sus preguntas incesantes gritando y sus manos moviéndose nerviosas le respondí que como casi nunca ocurre, hoy habría eclipse de luna. Me respondió que nunca había visto uno y que le parecía irrelevante si lo encontrábamos, aunque notaba cierta curiosidad en su mirada, ni siquiera le intereso saber porque la llevaba a buscarlo.
Era imposible para mi, explicarle en tan poco tiempo sobre como los eclipses siempre fueron acontecimientos místicos y esto hizo que cuando ocurrieran sintiera la obligación de poder encontrarlos para empaparme de su poder y embriagarme con aquel espectáculo tan pocas veces visto y menos en una ciudad donde las estrellas y la luna solo se dejan ver esporádicamente.
Los expertos jamás han encontrado una relación entre algún suceso humano y el hecho de que haya luna llena, pero si esta es capaz de afectar a las mareas ¿de que modo puede lograr afectar a cada individuo? Para los científicos esto siempre ha sido y será muy difícil de descifrar porque no todos vemos lo mismo, no todos interiorizamos las situaciones que nos ocurren del mismo modo, por lo tanto a todos no nos sucede igual. No nos expresamos de modo tal que puedan ver los efectos que la luna alumbrando logra en nosotros internamente y mas difícil aun es entender la indiferencia de ver que a pesar de toda la belleza de su poder, aun existe indiferencia ante un espectáculo tan maravilloso como tener la suerte de ver las noches claras. Si el solo acontecimiento de la luna llena no ha podido ser revelado menos aun se han podido responder el porque existen los eclipses, explican los movimientos del satélite alrededor del sol y la tierra pero jamás logran explicar porque tenemos la suerte de poder vivir y mirar ese tan preciada danza de fusión entre dos astros de tal magnitud.
A mi modo de ver, la Luna sigue saliendo por algún motivo desconocido en las noches y en algunos casos, cuando nos bañamos de su resplandor nocturno, podemos intentar concentrarnos en su fuerza y brillar junto a ella. . Es lo mismo con los eclipses, tengo la seguridad que aquel que tenga la capacidad de dejarse llevar por el misterio que los rodea y creer realmente en ello, obtendrá la potestad de invocar a la energía cósmica para que con un beso pueda unir dos almas durante toda la eternidad.
¿Como podría explicarle todo eso a alguien que no quería saberlo? ¿Como esperar que entendiera el motivo por el cual la llevaba en búsqueda del eclipse? Felizmente nunca lo encontramos, ella cambio de rumbo y se quedo sin conocer ese maravilloso suceso astral, por lo contrario preferí seguir esperando a que las nubes oculten aquel misterio y partir cada cierto tiempo en búsqueda del poder desconocido que nos puede brindar un evento tan particular como la desaparición momentánea, parcial o total de la Luna.

jueves, 10 de julio de 2008

Cuando las disculpas no sirven

Al menos una vez en la vida hacemos algún tipo de estupidez que nos marca y la interiorizamos como un silencio oscuro que solo nosotros conocemos. Sin querer hacer daño actuamos por miedo a perder la comodidad que reina en esos momentos en nuestras vidas o por el desinterés que suele ser parte de nuestra normalidad.
No se puede saber como pedirle perdón a alguien cuando el sentimiento de angustia no permite que el momento de decisión para hacerlo sea fácil. Es injusto que no hayamos pensado ni un segundo en esa persona antes de actuar, es decir, me arrepiento ahora que le demostré que no me interesaba.
Es difícil saber que hay cosas que no pueden ser controladas, que es obligatorio que durante el pasar de nuestras vidas hagamos idioteces tan marcadas que nos queden revoloteando la mente a diario, es debido a esto que parecemos estigmatizados por las mismas, porque a pesar del tiempo pasado desde los sucedido, el peso de haberlo hecho no nos deja tranquilos.
¿Que nos queda luego de haber hecho algo así? ¿Como superar a los ajenos que hablan detrás de nosotros sin saber nada de lo ocurrido? No existe respuesta para ello, solo tenemos que seguir viviendo y cargando con ese peso que no nos deja dormir o nos despierta en medio de una pesadilla tras cargar con ella durante los siglos que parece durar el dolor que hemos causado.

domingo, 6 de julio de 2008

Recuerdos Imborrables

Hace no mucho caminando por una calle transitada encontré entre el mar de gente, una mujer de ensueño. Sus movimientos eran tan suaves y agiles como las mismas hojas cuando el viento las sopla levemente, su mirada calida, paciente y esperanzadora y su la forma como irradiaba dulzura hicieron que se encienda en mi la imperiosa necesidad de conocerla.
Cuando estuve cerca, le encontré demasiada similitud con alguien que había tenido la oportunidad de gozar en el pasado pero preferí seguir hablándole y aprovechar el tiempo junto a ella al máximo en vez de decirle que había alguien a quien se parecía y que había robado parte de su invidualidad, que existía alguien que había tomado sus manías, modos de hablar, mirada y sonrisa en otro lugar del mundo. Algunas veces es mejor callar cuando la conciencia así lo dicta.
Era de día y bajo un árbol de avellanos la discusión transcurrió muy tranquila. Los temas que tienen dos personas que recién se conocen siempre son tan limitados que es imposible, solo algunas veces, lograr mantenerla por más largo rato sobre todo si cada vez que el silencio nos detenía, pensaba en hablarle sobre su asombroso parecido a aquella persona que me ayudo a olvidar la tristeza en el pasado. Estábamos de pie en el mismo lugar a pesar de las horas transcurridas mientras veíamos las luces de la ciudad prenderse ante la caída del sol. Nuevamente el silencio nos hizo presas de la incomodidad y la impaciencia de acabar con el silencio finalmente hizo brotar lo que hace un momento no quería decir, algunas veces no sabemos callarnos por miedo a que los vacios nos derrumben. Me recordaba a alguien del pasado, alguien que me dio felicidad extrema y que me hubiese gustado conocer un poco más y ahora el universo había confluido para darme una revancha, no eran la misma persona pero algunos sabemos engañar a la realidad para crear la que nos haga feliz.
Solo fue capaz de mirarme mientras le explicaba el parecido con la mujer de mi pasado, su mirada iba apagándose como diciéndome "basta que también me perderás a mí" y sin darme cuenta desapareció nuevamente de mi vida.
Cuando tenia el cambio lo perdí, cuando logre comprender la diferencia entre ambas era demasiado tarde, la gran verdad era que quería seguir viviendo del pasado un nuevo presente que jamás acabe, confundido aun por mis recuerdos imborrables.

jueves, 3 de julio de 2008

Hiperdrósis

Recordar el día exacto en el cual empezaron a sudarme las manos de modo tan sutil es poco probable, tal vez fue por algun trauma de la infancia o simplemente por la extraña genética, pero nunca supe porque desde un principio no le preste atención o el motivo por el que pensé que seria algo momentáneo. Fue un grave error porque hoy tengo una capacidad de expeler agua por las manos que por momentos causa demasiada incomodidad, la cual se vuelve peor aun cuando veo los rostros de las personas asqueadas al tocarlas o cuando hace frio. ¿Has puesto las manos mojadas al frio alguna vez? No poder tocar metal cromado, vidrio, seda, corduroy, terciopelo, bolsas de plástico y muchos materiales mas me hicieron pensar que viviría la vida con una condena, que estaría incapacitado por el resto de ella al no poder interrelacionarme con las personas de un modo natural. Mi enfermedad es algo extraña y simple, tengo hipersensibilidad al tacto, la que hace sudar a mis manos inmediatamente al tocar algunos objetos o materiales en especial. Buscar la manera de encontrar la calma para que esto no ocurra es más complicado de lo que parece, porque cuando logro tranquilizarme totalmente siempre existe un segundo problema que es la hipersensibilidad en mi piel. Los doctores dicen que me opere, que con una pequeña operación dejare en el pasado la incomodidad reinante en mis años de vida. Los psicólogos dicen que tengo problemas de ansiedad y me recetan pastillas que me piden consumir y me atontan pero no dan resultado. Hace algún tiempo deje de hacerles caso y decidí que el único modo que esto acabaría seria por mi decisión, por mi forma de enfrentar lo venidero y buscar calma en mi para conocerme tanto que logre enseñarle a mis poros a no sudar, que pueda controlar la hipersensibilidad que nadie cree que tengo y al fin me olvide del congelamiento natural que ocurre cada vez que una noche de frio congela mis manos constantemente mojadas y me hace regresar en busca de los médicos.

domingo, 29 de junio de 2008

El Jardín de Tréboles

Desde muy pequeño creí que las diferencias básicas entre las personas radicaban en su buena suerte. Encontré que era demasiado difícil comprenderla y ante esa dificultad decidí que la mejor idea seria intentar conseguir amuletos u objetos que atrajeran la buena suerte. Empecé hurtando herraduras a los caballos, las cuales luego de intentos infructuosos entendí que no darían resultados convincentes porque eran robadas y porque los caballos patean muy fuerte si no se le sabe quitar los herrajes correctamente. Luego fueron las patas de conejo las que me brindaron su ayuda, pero tampoco podía buscar al azar sabiendo que la suerte vendría a mí gracias a la muerte de este pobre animal.
Gracias a ello llegue a comprender que la mejor decisión seria conseguir tréboles. Estos felizmente crecen en cualquier lado, algunas veces se encuentran por millones y otras en pequeñas porciones de tierra donde se acumulan haciendo que el lugar quede empapado de su pálido verde. . Buscaba tréboles en cualquier jardín y cerca a las plantas. Lograr hacerlo con calma y paciencia fue una tarea difícil pero mi esfuerzo se vio recompensado al encontrar uno de 5 hojas. Bañado de algarabía solo podía engancharme a la idea de que todo empezaría a cambiar de pronto.
Y así ocurrió. Cada meta que me trazaba iba desarrollándose como lo esperaba y las cosas que no podía lograr las luchaba hasta el cansancio. Así fue que empecé a mejorar mi vida creando mi propio universo de azar y voluntad que se retroalimentaban.
Hasta que un día y debido a los acontecimientos de bonanza que iban ocurriendo, me pregunte ¿porque me conformo con un trébol de 5 hojas que me da buena suerte? ¿Porque no puedo tener un jardín de tréboles en donde pueda encontrarlos por doquier? ¿Quien podría vencerme con tamaño imán del buen azar? Es así que decidí ir en su búsqueda, este era un místico paraje creado por el simple gusto de encontrar en el azar una respuesta para los secretos que jamás podremos respondernos. Deje todo de lado y fui en búsqueda de aquel paraíso de suerte al que esperaba encontraren algún lugar del planeta. Necesitaba que no existiese solo en mi imaginación.
Camine durante días, meses y años hasta que en el rincón mas desolado de un desierto desconocido conseguí encontrar un espacio lleno de esperanzas verdes de 3 hojas en su mayoría, los tréboles estaban por todos lados a pesar que todo alrededor era un desierto. A mi no me interesaban aquellos amuletos conocidos [tréboles comunes], necesitaba algo distinto y es por eso que había venido hasta aquí, iba a gastar todo mi tiempo buscando el mítico trébol de sietes hojas. Tal vez podría demorar años intentándolo, hasta puede ser que sea imposible conseguirlo pero si existe este amuleto perfecto nadie ni nada podría vencerme. Recién en ese momento entenderé si vale tanto la pena no perder jamás y si es verdad que al vencer siempre me aburra de hacerlo y vuelva a ser un perdedor que esta en la búsqueda esporádica de suerte y la algarabía indescriptible que brinda triunfar luego de solo haber sabido perder.

martes, 24 de junio de 2008

Esa noche

Esa noche que el alcohol la hizo decir la verdad, era la primera vez que la veía en un estado donde solo podía expresarse sin mascaras ni miedo, enfrentándome y no dejándome pensar. Su forma tan abierta de conversar y decirme lo que le provocaba o lo que necesitaba para ser feliz me había hecho resucitar de una tristeza tan profunda como los lamentos de un asesino primerizo y casual.
Es cierto que nunca fui una persona de tener estereotipos, siempre creí que existían grupos separados dentro de la generalidad y entre estos estaban los que buscan dejar en ridículo a los otros para atraer o llamar la atención, los que no saben donde están parados viviendo sus vidas bajo preceptos predeterminados sin pies ni cabeza, los que intimidan, los intimidados y los neutrales. En algún aspecto me considero dentro de todos estos grupos y es por eso que a pesar de no querer generalizar, intente segregarla cuando la conocí. Pero ella no encajaba en ninguno de estos porque era capaz de decir la verdad desde su cuerpo, sus entrañas y su piel con solo un gesto. Necesitaba salir de un mundo etílico junto a ella, las ganas de conocer la rebeldía sin igual de una mujer que no le teme a nada con tal de darse integra en cada situación habían hecho de mi un cómplice de conjuros tan embriagantes como una mirada dulce, ilimitada e infernal. Habíamos perdido el pudor, el miedo al que dirán y hasta alguna prenda por debajo de la mesa en aquel matrimonio. Las personas no notaban nuestros juegos porque no eran capaces de entrar en aquel mundo de libido y verdad que habíamos creado en tan poco tiempo. Casi no nos conocíamos y solo podíamos pensar en mordernos y acariciarnos con tanta fuerza que por momentos se sentía a la piel y a la ropa desgarrarse.
Con el transcurrir de la noche, los invitados que no comprendían nuestro idilio lograron captar la energía inusual que desprendíamos juntos, el universo de libido que habíamos creado empezaba a ser de los otros también, pero nada puede ser tan perfecto sobre todo cuando uno lo cree, lamentablemente uno de esos invitados fue su madre.
Tan pronto entendió que esa energía empezaría a crear chispas (las cuales no eran convenientes en aquel momento por obvios motivos) la aparto de mi lado para dejarme solo nuevamente en aquella fiesta que había decidido dejar algunas horas antes por su diferente compañía. La vi alejarse mirándome de reojo sin poder escapar de los cuidados maternos sabiendo que la noche jamás acabaría allí.
Tuve la suerte, por primera vez, de lograr unir toda mi locura junto a alguien que la comprendía. Logramos ser empatía pura y supimos inmediatamente que existían personas que aun podían darnos eso que imaginábamos y no habíamos conseguido en todo este tiempo, la verdad que una mirada suele dar y que las palabras y el cuerpo esconden.