jueves, 3 de julio de 2008

Hiperdrósis

Recordar el día exacto en el cual empezaron a sudarme las manos de modo tan sutil es poco probable, tal vez fue por algun trauma de la infancia o simplemente por la extraña genética, pero nunca supe porque desde un principio no le preste atención o el motivo por el que pensé que seria algo momentáneo. Fue un grave error porque hoy tengo una capacidad de expeler agua por las manos que por momentos causa demasiada incomodidad, la cual se vuelve peor aun cuando veo los rostros de las personas asqueadas al tocarlas o cuando hace frio. ¿Has puesto las manos mojadas al frio alguna vez? No poder tocar metal cromado, vidrio, seda, corduroy, terciopelo, bolsas de plástico y muchos materiales mas me hicieron pensar que viviría la vida con una condena, que estaría incapacitado por el resto de ella al no poder interrelacionarme con las personas de un modo natural. Mi enfermedad es algo extraña y simple, tengo hipersensibilidad al tacto, la que hace sudar a mis manos inmediatamente al tocar algunos objetos o materiales en especial. Buscar la manera de encontrar la calma para que esto no ocurra es más complicado de lo que parece, porque cuando logro tranquilizarme totalmente siempre existe un segundo problema que es la hipersensibilidad en mi piel. Los doctores dicen que me opere, que con una pequeña operación dejare en el pasado la incomodidad reinante en mis años de vida. Los psicólogos dicen que tengo problemas de ansiedad y me recetan pastillas que me piden consumir y me atontan pero no dan resultado. Hace algún tiempo deje de hacerles caso y decidí que el único modo que esto acabaría seria por mi decisión, por mi forma de enfrentar lo venidero y buscar calma en mi para conocerme tanto que logre enseñarle a mis poros a no sudar, que pueda controlar la hipersensibilidad que nadie cree que tengo y al fin me olvide del congelamiento natural que ocurre cada vez que una noche de frio congela mis manos constantemente mojadas y me hace regresar en busca de los médicos.

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