Simplemente es imposible subir las marchas del auto porque el lugar no permite que eso suceda, porque las calles están repletas de personas que cruzan sin un ápice de respeto, conductores que solo saben ser más estúpidos y avezados mientras mas tiempo han pasado al volante y empresas que construyen sin pensar por un momento en los demás.
Eso es lo que ocurre con mi ciudad, el desarrollo parece no llegar, solo edificios gigantescos se yerguen para hacer que el transito habitualmente insoportable se torne nefasto e imposible por el hacinamiento poblacional y automotriz que empieza a ser cada vez mayor. Las constructoras siguen haciendo departamentos gigantescos aprovechando el alza de la propiedad inmueble y se adueñan con tractores, mezcladoras y fierros de la ciudad y sus pistas para volver al conductor mas irascible de lo normal.
Estoy manejando y al ver a los peatones avanzar mas rápido a pesar que voy en auto, siento como la tensión se manifiesta en mi por medio de una presión constante en la nuca, la cual se presenta con mayor fuerza cuando pienso que tendré que subir nuevamente al auto en otro momento e ir por la ciudad a 32 km/h como máximo y luchar contra la idea que jamás llegare a mi destino a tiempo, así prevenga que el transito será detestable o que tal vez nunca pueda poner la tercera para sentir la rapidez progresando, haciendo que el tiempo sea un juego debido a ese idilio informal que tiene con la velocidad y aleje al fin la opresión que reina en mi cuerpo al saber que es imposible conocer a que hora llegare al lugar deseado en esta ciudad en la que solo se puede manejar en segunda.
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