Principio Zen

Sueña con divino placer y enorgullécete de dialogar extenso y dubitativo creyendo tener excesos de oscuridad. Cuando la luz empiece a brillar, cánticos atormentadores destrozarán tu extenso y sinuoso despertar de un sueño de exquisitas aventuras y radiantes paraísos confitados de deliciosas mujeres de piel bronceada y románticos sucesos junto a ellas.
Grasa saturada en tus parpados formado un pequeño filtro solar que te permitirá consultar en tu ambiguo renacer del día a día cada segundo que podrá pasar en el, es el unico modo en el que lograras pensar en eso y en como enfrentar cada segundo que transcurrirá cada siguiente dia. Aquellos momentos siempre serán tu mayor timo, ya que solo te encaminaran por calles sin vida donde tus sueños fueron invitados, más tu realidad no.
Esa es la vía que decidiste tomar, sin extenderte ni agobiarte en el cansancio previo antes de despertar y dormir, donde creíste asimilar todas esas mañanas donde las puestas de sol que creíste entender cada vez que despertabas te jugaron una mala pasada, llenándote a cada nuevo despertar de mentiras cada vez mas difíciles de entender y que solo pudieron ser cambiadas gracias al momento donde decidiste apreciar cada segundo prestándole tu máxima atención.