Cuando se hizo el mundo, el creador le dio poderes a todos los seres vivientes que existían. Repartió estos sin conocer que lograría hacer cada ser que los obtuviera, algo así como jugar al ajedrez sin saber como se mueven las fichas. Algunos animales fueron bendecidos con el poder de volar, otros con la virtud de lograr respirar bajo el agua y los seres humanos con la virtud de pensar. Con las plantas ocurrió algo muy parecido, a algunas les dio la fuerza para alimentar, matar, curar y para llevar a personas a lugares y estados desconocidos gracias a su efecto psicotrópico.
El ser humano es el que fue percibiendo su inferioridad física y fue entendiendo que estos poderes debía de utilizarlos a su favor (a diferencia de todos los otros seres vivos) y fue así como logro poder volar y respirar bajo el agua como los animales, es cierto que la perfección no es la misma, pero su adaptación fue un avance de superioridad.
En el caso de las plantas la idea siempre fue mas complicada, porque con ellas nunca se busco competir, la imposibilidad de hacer que sus poderes fuesen comparables hizo que simplemente se las utilize como alimento, cura, droga o materia prima. Muchas de estas tienen virtudes distintas pero cada una se distingue por algo en especial de estos grandes grupos de poderes.
Solo una, fue capaz de demostrarle al ser humano que para llorar no se necesita luchar o tener miedo, ella hizo que muchas personas recordaran el verdadero placer de dejar correr una lágrima por la mejilla por el solo hecho de hacerla correr. Las cebollas son odiadas normalmente por su virtud distinta, para muchos son lo peor en el reino vegetal, simplemente porque son distintas y nos hacen sentir idiotas ante su raro poder lacrimógeno. Es una suerte que el creador la haya brindado como paliativo para que el alma pueda expulsar de algún modo esa ira reprimida que no logramos expulsar por los ojos cuando realmente lo deseamos porque las caídas con que nos sacudió la vida nos hicieron entender porque no seguimos entregando igual con el paso del tiempo.Muchos dicen " odio llorar por culpa de la cebolla" , personalmente admiro ese poder tan perfecto que le fue dado por alguien mas perfecto aun, que me permite sentir que todavía soy capaz de recordar ese sentimiento tan especial que precede a la salida a la primera y ultima lágrima.
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